martes, 1 de mayo de 2012

SoI

Como una enfermedad que se propaga, una sinrazón que no perdona, una desazón que no termina.
¿El origen? Puro infestamiento de un germen que se aferra como un árbol a la tierra, y florece y recubre todo con su podredumbre, hierro y óxido.
¿La causa? Un trastorno, una idea delirante, un complejo de falsa superioridad anclado a una vacua seguridad.
¿La erradicación? ...




Y deshacerme ya, por fin, de estos nudos que me impiden tragar saliva.

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