miércoles, 27 de junio de 2012

Corazón, nudo y ptisis

Sentirse solo, desamparado en la más absoluta de las avalanchas humanas. Rodeado y frío, aislado. No interesa ver lo que no gusta, es mucho más fácil cerrar los ojos y mirar para otro lado, y seguir, vivir como si no ocurriese nada, y sólo prestar atención a lo que agrada; a esas personas, situaciones, momentos o circunstancias.


Si de verdad te importa una persona, tienes que agarrarla. Asfixiarla y atosigarla cuando lo necesite, para después dejarla volar, libre y en paz. Es un constante tira y afloja de una cuerda que, si se hace bien, nunca partirá. 



¿Es mucho pedir unos brazos que me zarandeen de vez en cuando?

sábado, 16 de junio de 2012

Oubliez donc, tous vos clichés

Y despojarse de todos los disfraces, las apariencias, los antifaces e ideas preconcebidas, los juicios y valores. Tirar por la borda años de aprendizaje para este mundo lleno de hierros ardiendo por la espalda.
Desnudarse por fuera y por dentro, vaciarse y verterse hasta la más absoluta de las nadas.






Volver a la inocencia del que descubre, al miedo del que desconoce y al juego del que aprende, y no dejar que eso sea mancillado por nada ni nadie. Que eso sea, y como tal siga, evolucione, crezca...

sábado, 9 de junio de 2012

Hoy


Personas. Únicas. Individuales. Con sus pequeñas imperfecciones que son las que les caracterizan, nos caracterizan. Nuestras vivencias, nuestros hábitos y costumbres nos hacen irrepetibles, especiales y sólo por ello merece la pena pararse a conocer, a escuchar cada historia que una persona cualquiera pueda tener. Su historia, su vida… su narración en primera persona de una aventura que bien puede haber arrancado o bien puede estar ya arañando  la “meta”.

Personas. Únicas. Individuales. Y sólo por eso mismo entrañables, suscitadoras de cierta curiosidad insaciable, de un ansia de saber, de conocer. ¿Por qué lloraba aquella chica del metro? O ¿por qué aquel anciano tenía esa mirada perdida, anclada en un horizonte bien infinito? ¿Qué se le pasará por la mente a ese niño de 5 años que con la curiosidad de quien examina un marciano, analiza esa rama de enebro?

Personas. Únicas. Individuales. Que me hacen darme cuenta de por qué elegí esta carrera, esta profesión. Que me hacen darme cuenta de que tanto nombre y tanta ciencia no valen de nada si no se ejercita lo que unos llaman corazón, otros hipocampo, alma, energía vital…. Empatía al fin y al cabo.

Personas. Únicas. Individuales. De cuyas vidas quiero poder tomar parte, conocer, indagar dentro de lo que se me permita, escuchar, aprender, y sacar conocimiento de todas ellas. Vivir mil y una vidas a través de sus historias.

En estos días de incomunicación, de no-hay-tiempo-ni-para-dormir, es cuando realmente me doy cuenta de la razón de ser de la condición humana. El prójimo. El contacto humano. El herir y ser herido, el querer y ser querido, el tocar y ser tocado. El dar y recibir que tanto se oye, y que tan humanos nos hace.



Siento que lo estoy perdiendo pero, que a la vez, me estoy llenando de él.

jueves, 7 de junio de 2012

Uno.

Uno de seis. Uno de tres. Uno de un millón. Uno de uno.

El tiempo pasa, impasible ante la atónita mirada de los que se paran a fijarse en él. Pasa y cura, pasa y hiere, pasa y junta, y separa, y deshace y rehace de las cenizas...